
El gobierno mexicano dio un paso atrás y modificó el decreto emitido en 2020 en el que se declaraba el fin del uso y las importaciones de maíz transgénico en nuestro país. El cambio de decisión fue impulsado para evitar una disputa comercial con Estados Unidos, que anteriormente había declarado su decepción ante las medidas impuestas y exigió conocer los fundamentos científicos con los que el Gobierno basó su determinación.
La presión generada por el país vecino se debió a que México es su principal cliente, y para darnos una idea, tan solo en 2022, nuestro país adquirió más de 15 millones de toneladas de maíz transgénico. Tras estos actos, el gobierno de México hizo público un nuevo decreto en febrero de este año en el que se señala que dicho producto se prohibirá para consumo humano, aunque su uso industrial y de forraje quedará permitido.
Sin embargo, aún con estas modificaciones, la resolución final parece lejana, ya que Estados Unidos no parece dispuesto a ceder ante las decisiones tomada por el gobierno mexicano.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias?
Una de las principales consecuencias que podría tener si México se mantiene firme en esta postura es que los precios del maíz y los productos derivados de este aumenten sus precios considerablemente, siendo el consumidor final uno de los más afectados.
Estados Unidos también podría aprovechar la situación para aplicar castigos arancelarios, provocando daño en las exportaciones mexicanas, lo que se traduciría en un fuerte golpe a la economía del país.

Además, actualmente México no ha demostrado tener la capacidad de producción de maíz necesaria para las exigencias del mercado y la población mexicana.
Y, por otro lado, para Estados Unidos esta decisión representaría pérdidas económicas que ascenderían a millones de dólares anuales y, por supuesto, sufriría la ruptura de la relación con su principal cliente.
¿Cuáles son los siguientes pasos?
Hasta el momento se espera que las consultas consolatorias continúen hasta llegar a un acuerdo con el que ambas partes estén satisfechas.
Pero si esto no se resuelve en dichas instancia, lo más probables es que la disputa se lleve a panel, situación que pondría a México en desventaja y que podría amenazar la relación con Estados Unidos y Canadá, y desencadenar represalias para nuestro país.
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